sábado, 22 de agosto de 2009

Aprender a vivir... Una reflexión

Un café en un frasquito de mayonesa me llevó a lo que leí hoy: un resumen bastante resumido (para ser algo más que redundantes) del libro "Las siete claves de las personas altamente efectivas", de Stephen Covey. Llegué a esta persona gracias al mail enviado por un amigo. En su mensaje incluía -según decía el asunto- uno de los ejemplos usados por Covey en sus conferencias: el experimento del frasquito con arena, piedras, agua... y café o -en otra de sus variantes- arena, pelotas de golf, canicas... y café. La idea es llenar el frasco con estos elementos en un orden que permita aprovechar todo el espacio sin dejar resquicios.
Este experimento, a mi modo de ver, reúne -justamente- los siete hábitos de los cuales habla Covey en su libro.
En éste afirma que debemos ser proactivos, en oposición a reactivos. Esto es, controlar absolutamente todas las circunstancias de nuestra vida tomando posición activa. Habla también de tener una meta clara, de entender para comunicar, de ganar y ganar o lo que define como "si tú ganas yo gano" -y viceversa-. agrega el hábito de priorizar o lo que yo llamo "que lo urgente no se coma a lo importante", incluye el establecimiento de sinergias y, por último, la renovación a todos los niveles: físico, mental, emocional y espiritual.

Ir llenando el frasco del día a día obedeciendo estas leyes y dejando siempre espacio para el café..., además de efectivos, nos hará, me permito agregarlo yo, eficaces y eficientes. Organizar la propia vida, gracias al uso correcto de tiempos, espacios, personas y recursos (priorizar, sinergizar, ganar, ser proactivos...) es, simplemente VIVIR. No soy coach ni soy gurú de nada, pero lo tengo claro. Se trata sencillamente de eso: vivir. La teoría no es complicada, es más nos hace la vida muy fácil. Ahora bien, el cuento es, como en todo ¡hacerlo! ¡convertirlo en un hábito!

¡Qué curioso que nos tengan que enseñar a vivir! ¡Que curioso que nos toque aprender a vivir para ser felices! ¡Que curioso que hasta para ser felices debamos tomar lecciones!
¡Gracias a mi amigo por reservarme un café en su frasquito! Es el café que tomaremos algún día porque lo tiene reservado para sus amigos...

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