miércoles, 23 de febrero de 2011

Un pulso entre el caos y el orden

Terremoto en Nueva Zelanda, inundaciones en Australia, nevadas interminables en Estados Unidos, vientos huracanados en España.
El mundo árabe se convulsiona políticamente.
Occidente se derrumba económicamente.
Las sociedades se destruyen por falta de principios, de valores y de una autoridad y justicia claras.
No hay estados, no hay países, no hay sociedades. Hay conmigo, cientos de miles de millones de seres humanos que pisan un planeta, tal cual. Poco hay de más.
¿Habrá posibilidad de vivir una realidad más incierta? Y si ésta es la peor de las realidades ¿podremos sobrevivirla? Ésto es, literalmente, el caos. No sé si es lo que los físicos o los psiquiatras o los sociólogos definen, cada uno, como su propio caos. Lo que sí puedo decir es que es generalizado, en todos los ámbitos sociales y hasta en el planeta que habitamos. La tierra es reflejo de lo que hacemos en nuestras vidas y no está siendo nada bonito, correcto ni justo.
No hay metas claras, no hay caminos rectos y no hay, tampoco, ideas limpias ni libres que nos puedan guiar. Todos sabemos lo que hay que hacer y lo que tenemos que hacer ¿por qué no lo hacemos?
Y es, literamente, también, otra cosa. Es un pulso entre la tierra y el hombre, entre el ser y el existir.
Como ya es mi costumbre dejo la pregunta: ¿quien gana a quien?

martes, 15 de febrero de 2011

El "desubique"

Veo... ¿´Cómo se diría? ¿Ordas? No, automáticamente pienso en Atila y sus Hunos. ¿Cascadas? No, tampoco. No es un nombre que se aplique a lo que quiero decir. ¿Manadas? Demasiado animal. ¿Grupos? Bueno no lo sé. Lo que quiero decir es que veo cientos de miles de personas valiosas que andan deambulando por el mundo en busca de ubicarse; mental, sentimental, afectiva, laboral (y esto, en los días que corren, es importantísimo) y hasta lúdicamente.
Estamos todos, y cuando digo TODOS es toda la humanidad, completamente perdidos. Por más que creamos que somos y pertenecemos y participamos, lo único que estamos tratando de hacer es buscar un lugar en el que ubicarnos. Es lo que intentamos hacer desde que llegamos hasta que nos vamos -y no precisamente de una fiesta. Desde niños, en el colegio, intentando encontrar un lugar en nuestro curso; en la adolescencia tratando de alcanzar un liderazgo que ni sabemos que existe; en la vida adulta trabajando aquí y allá, construyendo nuestra carrera, amando y siendo amados y trayendo al mundo ¡más seres como nosotros! Ya en la vejez, vaya en la vejez cuando parece que todo está hecho, luchando por defender lo conseguido y evitando que nos "desubiquen".
Quien se sienta bien en la "zona cómoda" toda su vida... ¡Qué tire la primera piedra!