Si no hablo me salen letreros. Evité por todos los medios tocar el tema pero a pocos días de empezar el año y viendo que el panorama sigue igual decido escribir sobre el personaje en cuestión, más por lo que refleja, que por su misma importancia en sí. Belén Estebán.
¿Aburridos de ella? Media España sí (y no dudo que la otra mitad casi también) ¡Claro! ¡Hasta el retuétano! Para mi "gran" número de seguidores, su perfil: famosa por "adquisición", esto es, no hizo absolutamente nada más que ennoviarse hace algo así como una década con un torero, Jesulín de Ubrique, y tener una hija con él. Ambos del pueblo llano, él andaluz, ella madrileña del barrio de San Blas.
La mujer en cuestión es ignorante (como muchos hoy en día, en este país europeo que este semestre ¡atérrense! preside la Unión Europea. Hablo de España, no de la mujer en cuestión ¡Dios nos libre!). ordinaria, mal hablada, grosera y seguidora de la filosofía de que "si grito me entienden más".
El caso es que "trabaja" (haciéndole un cumplido porque no abre la boca sino para gritar) en un programa de los que aquí llaman DEL CORAZÓN y no porque tenga que ver con cardiología. No. Trabaja en un programa de chismes, para que nos entendamos y ha enarbolado la bandera de las madres luchadoras, separadas y cuyos esposos se desentienden de sus hijos. "Por mi hija ma-to", es su slogan. Hasta ahí lo anecdótico, pero lo realmente incomprensible es que debido a su popularidad el rating del programa ha subido como la espuma y fue escogida por la cadena para el cual trabaja para -leáse bien-: ¡dar las campanadas del 31!
Pues han de saber ustedes que le tocó a la señorita hacerse una medio reconstrucción facial para ponerse un poco agraciadita (tenía la cara algo desordenada) y con algunas cositas pulirse en lo que sería muy de lejos una nueva versión de My Fair Lady. Nada que ver, eso sí, con la adorable Audrey Herbpurn, señora donde las haya.
Traigo a colación este caso porque es el fiel reflejo de la sociedad española y, en general, de la sociedad moderna: más vale una imagen bonita que un interior valioso, o en otras palabras: lo importante es que nos veamos bien así no sepamos ni pronunciar nuestro nombre.
Así somos en éste, nuestro país español y en la "moderna modernidad ": lindos por fuera pero total y absolutamente estúpidos por dentro; pura imagen con vacío intelectual, belleza pero idiotez suprema.
Ella es la muestra clarísima de lo que es este país y el mundo... vivir del cuento.
Una cirugía, un Versace azul mal llevado y ¡zas! una mujer se vuelve princesa...
¡Pero que estoy diciendo! Ni La Cenicienta se comería ese cuento... nunca mejor dicho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario